Aprendizaje
- sanandamaya
- 31 oct
- 1 Min. de lectura
Hoy he visto que la última entrada fue el encuentro de meditación de hace un año y pico. Fue un encuentro profundamente dual: Por una precioso, con un gran aprendizaje y compartir, y por otro lado, se coló una persona con claras intenciones ajenas al encuentro, a enseñarme de límites, que no supe poner.
Tras 4 de los cinco días mirándome mal, y esa voz interior diciéndome que la reprendiera en alto, que le preguntara "¿porqué me juzgas?", no lo hice, y ciertamente me arrepentí. Quizás haberlo hecho tampoco habría cambiado todo lo que aconteció después... o quizás sí, en cualquier caso, tomo nota de la enseñanza, y la comparto.
A día de hoy uno de los pagos a mi exceso de compasión mal entendida es que la casa de retiros se ha cerrado, no se hizo ni se hará nada más desde ese encuentro.
Pero el mundo es grande, y la vida larga y hermosa para poder seguir compartiendo en distintos espacios y momentos desde la honestidad del corazón.
Dejo en manos del karma el resto de los juicios, que cada cual recoja lo que siembra.
Y cierro una etapa en este día víspera de Todos los Santos, con un mensaje que creo que nos sirve a tod@s: Nunca te obligues a hacer nada que no sientas, ni te reprimas de hacer o decir aquello que te susurra tu voz interior.
TODO EL AMOR!





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